viernes, 22 de octubre de 2010

ALE K: Carandiru: la alegría no es brasilera.

ALE K: Carandiru: la alegría no es brasilera.

Carandiru: la alegría no es brasilera.

Acabo de ver “Carandiru” la genial película del genial Héctor Babenco, cuenta la historia de un médico de apellido Varella muy bien encarnado por Luis Carlos Vasconcelos (Varella está especializado en cáncer, pero a partir de 1989 dedicó parte de su tiempo a un trabajo voluntario de prevención y tratamiento del síndrome de inmunodeficiencia adquirida SIDA entre los detenidos de Carandirú, hasta que el presidio fue desactivado y casi todos sus edificios demolidos en 2002.) y que va descubriendo al modo de rompecabezas las historias de todos los que allí habitan, que curiosamente no son culpables a través de sus relatos.

Con el respeto vienen los secretos. Sus consultas comienzan a tratar de temas más allá de la enfermedad cuando los reclusos empiezan a contarle la historia de su vida. Sus reuniones con los pacientes en la consulta se convierten en “ventanas” al mundo del crimen.

Varella (el médico) identificó a 82 travestis en la población carcelaria, y de ellos comprobó que casi todos tenían el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida. Pero uno, llamado Sheila, confesó haber practicado sexo con más de 1.000 hombres y no contrajo el virus. El papel en la peli está magníficamente interpretado por Rodrigo Santoro, modelo y bon vivant que deja de lado todo y en el film encarna a Lady Di una travesti enamorada de un enfermero.

Junto al doctor el público sigue la rutina diaria de los presos hasta la fatídica fecha del 2 de octubre de 1992, el día que se estremeció la Casa de Detenciones y todo Brasil: la masacre de Carandiru.

Murieron en la casa de detención de la Zona Norte de San Pablo, 111 presos que fueron asesinados por policías. Como la inseguridad jurídica no es solo Argentina se cumplieron también 15 años de impunidad de los policías involucrados en los crímenes. Más de 80 policías acusados por los homicidios aún esperan la decisión del tribunal y la defensa quiere extender la absolución. Nadie fue castigado por las muertes. Todo lo contrario, la ciudad de San Pablo entregó, en la sede de la Cámara Municipal de San Pablo, el último día 21 de septiembre, el título de ciudadano paulistano ilustre al coronel jubilado de la Policía Militar Luiz Nakaharada.

Según la película de Babenco la cárcel solo podía albergar 4000 presos pero estaba superpoblada, el día del atentado contaba con 7500 almas en su interior.

En vísperas de comicios el gobernador paulista dio la orden de reprimir porque se venían las elecciones y de paso, reducir la población carcelaria.

En el programa de radio siempre me habla de estos temas Martha Miravete Cicero que trabaja en cárceles y la ha sufrido en primera persona, sé que ella muchas veces me colorea los relatos porque tal vez me ve impresionable, pero siempre me trae data segura que no esta mediatizada por ningún ente regulatorio y hasta ahora no está siendo obsecuente con nadie de este gobierno, que gusta de maquillar estadisticas. Ahora, de que alguien te cuente las cosas a verlo en estas crudas escenas hay un abismo. Estamos hablando de fusilar gente o dejarla vivir avisándole que lo hacen solo para que cuenten la historia, con un grado de cinismo y crueldad que no se condicen con personas que a la luz de los hechos debieran cuidarnos. Recomendadísima, está en tú video. Sacá tús conclusiones.

Posted by Ale K at 2:10 AM

Labels: Ale K, Babenco, Carandiru, carceles, cine, HIV, Martha Mirevete Cicero, VIH